domingo, 16 de febrero de 2014

EL NACIMIENTO DE CLAUDIA




Hola amigas, hoy quiero compartir con vosotras este nuevo relato de una Mami Luna.
Mª del Mar hace ya unos meses que tuvo a su pequeña Claudia y escribió este relato una semana después de su nacimiento. Me emocioné muchísimo al leerlo por primera vez y me sigo emocionando ahora al repasarlo. Le dije que su historia podía ayudar a otras futuras mamás a vivir la experiencia del nacimiento de su bebé con más tranquilidad, y Mª del Mar, con la generosidad que la caracteriza, me dijo que podía compartirlo con todas vosotras.
Ésta es la historia del nacimiento de Claudia, y de cómo vivió Mª del Mar el día más feliz de su vida. El día que tuvo por primera vez entre sus brazos a su pequeñina. 
Gracias Mª del Mar por compartir con nosotras estos momentos tan íntimos y emotivos de tu vida.


"El Viernes por la mañana tenía visita con el ginecólogo ya que le llamé para comentarle que había estado teniendo algunos dolores que no sabia definir muy bien. Fui a la consulta y me dijo que ya eran contracciones y que era cuestión de esperar... 

Llegamos a casa y yo empecé a no encontrarme bien. Comimos y a las 17.30 horas. En vista de que el dolor no cesaba, decidimos coger las cosas (por si las moscas) e irnos al hospital. No avisamos a nadie, ya que, como tú sabes, yo tenía  una percepción de ese momento, bastante diferente a todas las cosas que la gente dice.
Estaba muy tranquila y relajada, y creía que me dirían que era una falsa alarma.

Cuando llegamos al hospital me atendieron enseguida. Llegó la matrona y me llevó a correas. 
Por cierto, quiero que sepas que "mi ángel" me mandó ayuda desde allí arriba. Ahora entiendo que no fue producto de la casualidad. La matrona que me atendió era la misma que me había estado visitando durante todo el embarazo. Yo no sabia que también trabajaba en el Hospital Jaime I. Ella también me reconoció y se alegro muchísimo al verme. El trato y su cordialidad fueron excelentes, y yo me sentía protegida. 
Me dijo que estaba dilatada de 3 cm. que era una campeona y que ojalá todas las mamis llegaran así al hospital, evitando horas innecesarias en dilatación. Me puso las correas, me dijo que el parto estaba comenzando y que me iban a ingresar. 
No me entró pánico sino una sensación de alegría y desconcierto, aunque yo esperaba en todo momento que me dijeran que era una falsa alarma y me mandaran a casa. 
Me asignaron una habitación y era tal la tranquilidad que yo tenía, que cuando volvieron a buscarme, quería ducharme para estar todavía mas relajada, a lo que me dijeron que no, que debía de cambiarme y bajar a la sala de dilatación que ya tendría tiempo de ducharme...
Vino a recogerme una celadora muy simpática. Pensarás que es broma, pero me preguntó enseguida de dónde era, que le sonaba mi cara. Le dije que de Vila-real.
Mientras bajábamos por el ascensor, me estuvo contando que ella también había trabajado en el Hospital La Plana. Yo le comenté que mi madre había sido enfermera de ese hospital.
Me preguntó por su nombre y le dije que había fallecido. Cuando le dije quién era, se puso a llorar; había sido compañera suya y habían sido muy amigas.  Me dijo que a mi no me faltaría de nada, que tuviera mucha fuerza, y que mi madre, desde allí arriba, estaba ayudándome. 
En la sala de dilatación, mientras conversaba tranquilamente de todos los temas, empecé a dilatar cada vez más deprisa. La matrona me dijo que cuando quisiera la epidural sólo tenía que pedirla, a lo que yo contesté que prefería esperar un poco, que podía soportarlo bien.
La verdad es que llegó un momento, cuando ya estaba de 6 cms. en el que que empecé a notar más intensamente el dolor y entonces la pedí.
Enseguida vino el anestesista, un chico joven y amable que me dijo que estuviera tranquila. Quedé totalmente relajada. Habíamos entrado a las 18.15 más menos a la sala de dilatación, eran las 20.00 y ya me habían puesto la epidural. Las contracciones eran cada vez más rápidas, mientras empezaba el efecto las controle muy bien con la respiración, la boca bien abierta y segregando oxitocina, como tan bien nos has enseñado. 
No necesité cambiar de postura en la camilla,. Aquéllo fluía como por arte de magía... Durante el proceso, envie washaps a mi familia, y hablé por teléfono con mi padre que esperaba fuera muy nervioso. Le dije que se tranquilizara que yo estaba muy bien, y que no podía salir para decirle lo bien que me encontraba porque no me dejaban!!!
Me quedé con una frase que me dijo mi padre y que me rompió el alma: "Ahora que escucho tu voz por fin puedo respirar". Ahí entendí que pronto iba a saber lo mucho que los padres sufren por nosotros, el amor incondicional y lo mucho que se preocupan en que todo salga bien. 
Entró el ginecólogo y me dijo que estaba de 8 cms que no quedaba nada y que me tumbara hacia el lado derecho para que el bebe pudiera encajar perfectamente la cabecita. Y así lo hice, como pude, pues ya tenía una pierna dormida. A los 40 minutos volvió a entrar, me dijo que todo estaba perfecto, que me iban a preparar para entrar en el quirófano. Claudia quería conocernos. 
Nos prepararon con ropa de quirofano a Santi  (mi marido) y a mí. Entramos a las 21.45. Entró otra vez la celadora, y le dijo al médico que en cuanto Claudia naciera, fuera tenía un abuelo que quería conocerla, que se la llevaría un momento. 
Me puse en la camilla y Santi me cogió la mano y me dijo, venga campeona hazlo como tu sabes... Sólo recuerdo 6 pujos. Entre la matrona y el ginecólogo me guiaban para decirme cuando tenía que empujar, enseguida la oí llorar, me la pusieron encima y no paré de darle besos.
Santi enseguida me miró y me dio un beso. El beso más tierno que jamás me han dado. 
Me dijo: Mira qué bonita es, ya esta aquí!!! 
Era preciosa... no pude soportarlo y rompí a llorar. Santi también tenía los ojos llorosos. Había luchado mucho, con fuerza y valentía, controlando la situación, apaciguando los nervios de mi padre que se sentía muy sólo después de que mi madre nos dejará... 
Fueron momentos muy emotivos, yo sé que mi padre no dejó de llorar recordando lo mucho que le hubiese gustado estar con mi madre en aquellos momentos, lo sé y me consta, porque me lo dijo mi suegra,  pero Consu, YO SÍ ESTUVE CON MI MADRE!!! Ahora lo sé. Estuvo conmigo en todo momento, me ayudo a afrontar la situación. Ahora sé que está conmigo, sé que hay algo más, que no se ha ido,  y que no me ha dejado. Mi madre me ayudó en todo momento y además, mando a gente en mi ayuda. 
En 4 horas escasas nació nuestra hija, haciéndonos las personas más felices del mundo. Ahora más que nunca puedo decir de la tierra al cielo: MAMÁ SIEMPRE TE QUERRÉ!!!
Ahora me queda cuidar de este bebé y darle todo el amor y todo el cariño que me han dado a mí. 
Me quedo también con una frase que me dijo Santi. El otro día hablándome de Claudia, me contó que cuando la vio nacer pensó que no sabía que iba a hacer con ella, y que ahora, no sabe qué ha estado haciendo todo este tiempo sin ella...


Espero que este relato ayude a que otras mamas sepan que cualquiera puede controlar la situación, que el dolor se puede controlar sin problemas con una mente abierta y disfrutando del momento. Tan sólo hace una semana que dí a luz y me gustaría poder recordar con exactitud todos los detalles de aquel momento...


Un abrazo muy fuerte!!!! Gracias por todo lo que hemos vivido en clase estos meses atrás. En cuanto la niña coja peso te prometo que iré a veros. Para lo que necesites estamos aqui!!!..."


GRACIAS Mª DEL MAR POR TU GENEROSIDAD Y POR ESTAR EN MI VIDA.

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