lunes, 30 de marzo de 2020

EL NACIMIENTO DE ALAN

Aquí os dejo un nuevo relato de una Mami Luna y su viaje más hermoso.
En este caso se trata de Laura y su bebé Alan.
Recuerdo perfectamente el día que,en una de nuestras sesiones de Reiki, Laura me contó con una inmensa tristeza el resultado de unas pruebas de fertilidad que le habían realizado en la que le habían dado muy pocas esperanzas de que pudiera ser madre...
Lejos de creérselo, a partir de ese momento, se empoderó y empezó a trabajar por su fertilidad, por su energía, por su deseo, no se rindió a lo que le dijeron...
Bueno, y lo que pasó os lo cuenta ella más abajo.
Como siempre agradecida a la vida por tanto que recibo en mi trabajo, acompañar a las mujeres a su nacimiento como madres es siempre una bendición.
Gracias Laura, por tanto recibido.

EL NACIMIENTO DE ALAN


Me gustaría compartir con todas vosotras cómo fue mi embarazo y el parto.
Resumo como antecedentes, que me hice junto a mis amigas unas pruebas gratuitas del IVI donde te decían tu reserva ovárica. Cuál fue mi sorpresa que en mi caso no obtuve buenos resultados y eso me llevó a preocuparme mucho sobre la posibilidad de no poder tener hijos. A partir de ese momento mi vida dió un giro de 360 grados. 
Aconsejada por Consu, hice varias sesiones de Reiki. También, a través de un libro que me prestó, despertó en mi el deseo de conocer cómo debía alimentarme para favorecer mi fertilidad, y al mismo tiempo comencé a disfrutar de mis hobbies para estar relajada… En fin cambié muchos de mis hábitos y sobretodo aprendí a estar tranquila y no padecer tanto por las cosas. A los 2 meses de realizarme las pruebas, junto con Victor, mi pareja, decidimos buscar el bebé, pero teniendo en mente que no sería tarea fácil y que nos podía costar meses, incluso algún año. Nuestra sorpresa fue que me quedé a la primera y a partir de ahí comencé el viaje más bonito de mi vida: el embarazo y el nacimiento de Alan.
De mi embarazo sólo puedo decir cosas buenas, no tuve nauseas, ni mareos, ni dolores, más bien todo lo contrario, gracias al embarazo me desaparecieron mis migrañas y tenía más hierro que en toda mi vida. Hasta el último día de embarazo he estado realizando todo tipo de actividades, incluso yendo a trabajar al cole hasta la semana 30, he bailado zumba, he hecho pilates, yoga, en fin, lo que es un no parar. Recuerdo que todo el mundo me decía que tenía que cuidarme, que tenía que descansar y mi cuerpo me pedía todo lo contrario. He de destacar que siempre había pensado que por mi forma de ser estaría padeciendo con cada prueba, con la alimentación, preocupándome con todo lo que dice la gente de sus embarazos, con miedo al parto etc y en mi caso he pasado todos estos meses como si no fuera conmigo la cosa, súper tranquila y relajada. Por primera vez me he notado disfrutando de cada momento y haciendo lo que siempre he querido.
Y por fin llegó el tan esperado 14 de febrero, día que cumplía justamente las 40 semanas y Alan decidió nacer (fue muy puntual y romántico). Llegué al hospital con 2 cm dilatada, pero sin romper aguas. Yo llevaba como 2 meses teniendo contracciones, pero no me notaba dolor. Sobre las 12 del mediodía, me pusieron oxitocina y correas y mientras, yo estuve sentada en la pelota de pilates haciendo ejercicios y moviéndome. A las 15:30 entró la matrona para romperme las aguas y me dijo que a partir de ahí empezaría a notar más dolor. Conforme me las rompieron ya me dijeron que estaba dilatada de 4cm. Yo sabía que a partir del cm 3 te pueden poner la epidural pero mi deseo era parir sin ella a no ser que no pudiera soportar el dolor. Yo estaba de 4 cm pero no notaba nada, seguía riéndome, escuchábamos música y todo genial. Para mí lo más duro, donde ya notaba las olas uterinas más fuertes fue del cm 6 al 10 pero en mi caso fue todo muy rápido. Además, tenía a mi pareja repitiéndome las palabras mágicas que habíamos trabajado en la clase para embarazadas: “Tu cuerpo sabe parir, tu bebé sabe nacer, tienes todo lo que necesitas”. A las 18h ya estaba en paritorio, sin epidural y habiéndome tumbado sólo a partir del cm 9.
Aquí empezaba el periodo de expulsión. Mi pareja estaba al lado mío en todo momento (incluso pudo grabar todo el parto) y a mi otro lado estaba la matrona que me mostro mi parto a través de un espejo. Fue fascinante ese momento, aunque con sensaciones contradictorias. Por un lado, el ver cómo le salía la cabeza me motivaba para seguir empujando, pero, por otro lado, cuando la cabeza se volvía para dentro me creaba frustración porque me notaba ya sin fuerzas. Una vez nació me lo pusieron al pecho y fue el mejor momento de mi vida. De hecho, me quedé en shock de pensar en todo lo que había vivido en esas horas, no me lo podía creer.
Solo puedo decir que muchísimas gracias a Consu por todo su apoyo y toda la sabiduría que nos ha transmitido, gracias a mis compañeras que junto a ellas hemos compartido muchas experiencias, miedos y desahogos y gracias sobre todo a mi pareja pues me lo ha puesto todo en bandeja, me ha hecho reír en todo momento y disfrutar del embarazo. En definitiva, sólo puedo contar cosas buenas de esta etapa y me quedo con que he tenido un parto mejor de lo que nunca hubiera imaginado. Ahora sólo me queda conocer a Alan y vivir la experiencia de la maternidad tal y como siempre he soñado.

jueves, 19 de marzo de 2020

EL NACIMIENTO DE MATEO

Hola Familia, después de un pequeño paréntesis, en el Blog, quiero compartir de nuevo el relato del nacimiento de un Bebé Luna.
Aún recuerdo el día que Rosa apareció por el centro, toda en ella era incertidumbre y miedo, y en su mirada se leía sólo una palabra. AYUDA.
Venía a mis clases buscando algo más que hacer yoga o pilates, buscaba la paz, la confianza, el disfrute de su embarazo, dejar de lado sus miedos, y creo que lo consiguió. Hicimos ejercicios, respiraciones, meditaciones, bailes, circulos de poder, reiki....
Te dejo su relato y mi agradecimiento por compartirlo, ya que es una manera de empoderar a las demás mamis en ese viaje tan maravilloso que es el embarazo.
Para mi es un regalo poder acompañaros en esta aventura. Recuerda, y aún más en estos difíciles momentos que estamos atravesando, que: Tu cuerpo sabe parir y tu bebé sabe nacer. 

EL NACIMIENTO DE MATEO


Si había alguien que tenía pánico al parto esa era yo...
Llegó febrero y con él, mi pareja y yo empezamos la búsqueda de nuestro bebé. Una mañana de Mayo noté algo extraño en mi cuerpo, decidí hacerme la prueba de embarazo, y Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii, estaba embarazada!!!. Fue una sensación de felicidad tan grande que no la puedo describir, y aún más cuando compartí la noticia con el futuro papi.
Y así empezaba mi embarazo!!! 
He de decir que he tenido un embarazo muy bueno, sin náuseas, ni vómitos, me sentía más cansada y tenía mucho sueño pero por lo demás todo muy bien. 
Una vez dada la noticia también a mis padres y hermana... Plof!! Una sensación de bajón me vino de repente, empezaron aflorar las hormonas y el miedo afrontar el parto.
Iban pasando los meses y no sabía cómo sería ese día... En unas charlas de premamá conocí a una chica que estaba de las mismas semanas de gestación que yo, e hicimos una bonita amistad, al comentar el miedo que tenía al parto, me dijo que asistía a unas clases para mamis que a ella la habían ayudado mucho y donde había aprendido a relajarse.
Eran unas clases que se hacían los viernes, en las que se combinaban varias técnicas corporales para embarazadas y también meditación y relajación. Asi fue como conocí Centre Lluna y a Consu.  Bendita Consu. 
Pues bien, me pongo en contacto con ella y le comento que tengo terror al parto, recuerdo que no le dio mucha importancia y empecé con las clases. Durante mi primera relajación me cayeron unas lágrimas escuchando sus palabras, su voz, su paz, su ternura... disfruté muchísimo, y así poco a poco, viernes a viernes me fui encontrando con herramientas que el día del parto me vinieron genial. 
El día del nacimiento de Mateo fue maravilloso para mi. Estaba tranquila, feliz, contenta, relajada y llegaba mi bebé!!! Nunca me hubiera imaginado que podiera llegar a vivirlo así con tanta felicidad y relajación.
Consu tenía razón mi bebé sabía nacer, yo tenía todo lo que necesitaba y todo iba a salir bien...Esas palabras las tuve grabadas tan dentro de mí que se hicieron realidad y he de añadir que no sólo dentro de mi, sino también dentro del super papi que estuvo a mi lado en todo momento.

Nació Mateo con 3.470, el 30 de enero de 2020 
Así que Consu muchísimas gracias, para mí fuiste una parte esencial aquel día.
Con mucho cariño,
Rosa. 

lunes, 5 de noviembre de 2018

EL NACIMIENTO DE ÁLEX

Hola familia, quiero compartir de nuevo desde estas páginas, la alegría del nacimiento de otro Bebé Luna. Esta vez es Elena, la que nos cuenta su experiencia, y cómo ha sido la llegada de Álex. Espero que disfrutéis el relato y que su lectura os emocione tanto como a mi 
Muchísimas gracias Elena, por plasmar en palabras estos momentos tan intensos y hermosos de tu vida,  y además compartirlos para que puedan enriquecer la maternidad de otras mujeres.

EL NACIMIENTO DE ÀLEX



Durante mis embarazos siempre me gustó leer o escuchar experiencias de otras madres en su parto, así que quiero compartir la mía, el nacimiento de mi segundo hijo, Álex. 

Cada parto es diferente, como cada bebé y cada mamá, incluso una misma madre experimenta sensaciones diferentes con cada hijo. En mi caso, Álex es mi segundo hijo y la experiencia de su nacimiento ha sido muy diferente al primero (y mucho mejor), en éste caso me sentía más preparada física y mentalmente y simplemente dejé que la naturaleza siguiera su curso, ayudando a mi cuerpo y a mi bebe a hacer para lo que estaban programados y sincronizados. 

La semana que salía de cuentas estuve con contracciones casi todos los días (de esas que no duelen pero sí que molestan un poco), sabía que aun no estaba de parto pero mi cuerpo se estaba preparando para su momento y en esa semana se fue acortando el cuello del útero gracias a ellas. En casa, cuando notaba este tipo de contracciones me ponía sobre la pelota de pilates y me balanceaba, hacia delante y atrás, de un lado a otro y haciendo ochos con las caderas, moviendo la pelvis, esto me ayudaba a estar mejor. 

El viernes 8 de junio, estando de 40 semanas + 2 días fui a monitores a la consulta de mi ginecólogo (éste embarazo lo llevé por la sanidad privada, a diferencia del primero, y personalmente estoy encantada). Alguna contracción registró el aparato y en alguna de esas contracciones mi médico vio que el ritmo cardiaco del bebe descendía por debajo de 120 pulsaciones por minuto (lo normal es de 120-160 ppp, si está dormido serán más bajas que si esta activo). Me hizo un tacto (era el segundo que me hacía, el primero a la semana 39 porque registró alguna contracción, lo tenía un poco amenazado de que no me hiciera tactos innecesarios y menos maniobra Hamilton, como con mi primer hijo, que me hicieron una Hamilton en toda regla sin decírmelo, menudo dolor) y me dijo que tenía el cuello del útero blando, borrado y estaba favorable. ¿Qué significaba esto? Pues que me podía poner de parto en cualquier momento, así que me sugirió que ingresara ya en el hospital para tenerme controlada y que según él cuando me pusiera de parto no iba a llegar al hospital y no quería correr (me iba a atender él en el parto también). 

En un primer momento no quise ingresar porque no quería pasarme toda la fase de dilatación en un hospital sino que quería estar tranquila en mi casa (pensando en la experiencia del primero que fueron 8 horas de dilatación, cuidado chicas que los segundos normalmente van más rápidos!!) pero lo del ritmo cardiaco del bebe me hizo dudar así que ingresé un poco incrédula a sus palabras sobre lo rápido que podía ir el asunto, pero con una condición: no quería que me provocaran el parto, ni hablar de conectarme a una bomba de oxitocina, quería ponerme de parto yo sola, cuando mi cuerpo y mi bebe estuvieran preparados, y él accedió, me dijo que solo me vigilarían con monitores. 

Ingresé en el hospital Rey Don Jaime de Castellón sobre las 12:00 del mediodía y pase el día con contracciones, no dolorosas e irregulares, sobre las 18:00 empecé a echar el tapón mucoso, a las 19:30 vino una matrona y me puso monitores, registró contracciones pero no acababan de ser regulares, tuve 5 en 20 minutos, cada 3 o 5 minutos más o menos (el parto se acercaba, mi ginecólogo tuvo buen ojo). A las 20:00 me hizo un tacto la matrona (muy cuidadosa, la verdad) y estaba de 2 cm y “buena dinámica” me dijo, bien pues. Y a las 20:30 empezaron a dolerme las contracciones y se hicieron regulares, cada 2 minutos exactos. No pude cenar, y la pelota de pilates que tenía en la habitación ya no me ayudaba, así que decidí darme una ducha para sobrellevarlo mejor, y me fue bien. 

A las 21:00 volvió la matrona y me hizo otro tacto, estaba de 3.5 cm, ¿quieres la epidural? Me preguntó, y yo, haciéndome la valiente le dije que podía aguantar un poquito mas, me dolían, si, pero pensaba que aun me quedaba mucho por delante para ponérmela, así que me concentre en la respiración, cuando venia una contracción inspiraba por la nariz y soltaba el aire por la boca, con los ojos cerrados y visualizando como mi bebe bajaba y quedaba menos para conocerlo, sin poner resistencia a mi cuerpo, solo dejándome llevar. 

Me bajaron a la sala de dilatación, serian las 21:30 o 22:00 y me hizo otro tacto la matrona, ya estaba de 7 cm! (en 1 hora había dilatado casi 4 cm), no había tiempo de epidural, había dilatado muy rápido y lo notaba, el dolor era insoportable, pero sabía que pronto acabaría todo, venga, solo aguanta un poco más, por tu bebe, me decía mentalmente, porque ya ni hablaba ni abría los ojos, solo me concentraba en respirar y caminar (toda la dilatación la pase caminando, de pie y en cuclillas cuando venia una contracción) el truco: respirar, como te dé la gana, pero respira. 

La matrona me preguntó que como no había tiempo para ponerme la epidural si quería “la raqui”, es una anestesia que se pone como la epidural, es más rápida y te deja completamente dormido el cuerpo de cintura hacia abajo, el anestesista la llamaba “la silla de montar” (no sé muy bien porque). A mí me asustaba un poco la idea de dejar de sentir mi cuerpo completamente, a parte de la incomodidad de ponérmela en ese estado, así que una vez más dije no a la anestesia (demasiado valiente fui…). Con mi primer hijo no pude ponerme la epidural porque por aquel entonces en el hospital general de Castellón no se ponía de noche ni en fines de semana y yo me puse de parto un viernes por la noche así que ya sabía por lo que estaba pasando. 

Las contracciones me daban en la zona baja de la espalda, de riñones, son muy dolorosas y la matrona me preguntó si quería ponerme unas infiltraciones de suero en la zona, que según ella calmaban el dolor, y yo accedí. Tenía que ponerme dos, una a cada lado en la zona de los riñones. Me advirtió que dolía un poco el pinchazo pero luego notaria alivio… pues bien, maldita la hora que le dije que me las pusiera!, solo pudo inyectarme la primera porque el dolor fue tan fuerte que no le deje ponerme la otra, y de alivio nada, yo no lo recomiendo, bajo mi experiencia. 

Ya había llamado a mi ginecólogo que llego sobre las 22:00-22:30, me hizo un último tacto la matrona y ya estaba completa, teníamos que pasar al paritorio. Tuve suerte esa noche porque estaba yo sola en la zona de dilataciones y quirófanos y el personal me atendió muy bien. 

Antes de entrar al paritorio la matrona me puso una vía en la muñeca, por protocolo, pues no me pusieron ningún gotero en ese momento. En una contracción note que había roto aguas, la matrona me miro y me dijo que no se había roto del todo la bolsa y la termino de romper y me llevaron al quirófano (paritorio) que estaba al lado. 

El dolor era de 12 en una escala del 1 al 10, me retorcía y no podía abrir los ojos, y mi ginecólogo no me ayudo mucho en ese sentido porque no me dejo adoptar la postura en la que estuviera mas cómoda, sino que me tenía que poner hacia arriba con las piernas en los estribos (lo cual para mí era misión imposible en ese momento) entiendo que esto lo hizo por comodidad suya, para tenerlo todo controlado, me dijo, (de muy buenos modos, eso sí) “he estado haciendo todo lo que tú has querido hacer hasta ahora, pero ahora mando yo” (que luego pensándolo fríamente lo agradecí, el parto es un momento complicado y no tengo ningún recuerdo traumático al respecto). 

Me costó bastante adoptar esta postura pero con la ayuda de la matrona por un lado y de mi madre por el otro (que me acompañó como una campeona en todo el proceso) cada una me cogió una pierna, yo me aferré a unas agarraderas que tenia la cama con las manos y ahora solo quedaba empujar. 

En el quirófano estaba el anestesista, que insistía en colocarme una cosa en la nariz para recibir oxigeno y yo no paraba de quitármelo porque me agobiaba (pobre anestesista, lo tuve mareado toda la noche), la matrona, el ginecólogo y una enfermera, y mi madre, claro. 

En la fase expulsiva las contracciones no son tan seguidas, es como que tu cuerpo, dentro de su sabiduría, te da una tregua para coger fuerzas y poder hacer unos buenos pujos y así acompañar a tu bebe en su nacimiento. Con cada contracción cogía aire y empujaba, oía como la matrona y el gine me decían “muy bien, así, sigue sigue, bien…”. La cabeza es lo que más cuesta salir, el gine utilizó un utensilio llamado “kiwi” que es como una pequeña ventosa para ayudar a salir al bebe, yo ni me di cuenta, me lo dijo mi madre después. Y salió la cabeza y con dos pujos mas el cuerpo, eran las 23:00 en punto de la noche. 

Mi parto había durado unas 2 horas y media desde las contracciones dolorosas, un huracán, una intensidad que cesa cuando notas a tu bebe encima, ya esta!, está aquí! Y entonces le miras la carita y se para el tiempo, desaparece la gente a tu alrededor y solo estáis tu bebe y tu. 

Lo mío fue amor a primera vista, pero esto no ocurre siempre, con mi primer hijo no fue así, estaba tan cansada y dolorida que solo quería descansar y al mirar a mi bebe solo pensaba en dolor, con el segundo todo lo contrario, había vivido el parto de manera muy diferente al primero y aunque muy intensa mucho mas corta, entendiendo el proceso y colaborando en él (también ayudó el entorno, tanto el personal como las instalaciones del hospital). Por eso que no os preocupéis ni penséis que sois malas madres si no os enamoráis de vuestros pequeños nada más verlos, la naturaleza es complicada y el amor llega cuando estas preparada. 

Solo tenía ojos para mi bebe, que se puso a llorar y yo lo acurrucaba entre mi cuerpo y la toalla que lo envolvía, mi madre me hizo unas fotos preciosas de ese momento. El ginecólogo estaba a lo suyo, expulsé la placenta sin enterarme y después me dio 3 puntos. Nos subieron a la habitación, serian las 12 de la noche, hora perfecta para hacer un largo piel con piel ya que la planta estaba en silencio, ni visitas ni médicos rondando, estuvimos hasta las 6 de la mañana agarraditos, yo con un subidón de adrenalina post parto increíble y mi bebe acostumbrándose al nuevo entorno, a la vida. 




E&A 


jueves, 7 de septiembre de 2017

EL NACIMIENTO DE LUCIA

Hola Familia!!!

Una vez más comparto con vosotras el relato de una Mami Luna. No puedo dejar de sonreir cada vez que lo leo, porque parece que ni ella misma acaba de creerse que le haya ido tan bien!!!
Mari Carmen nos cuenta cómo vivió su experiencia antes de tener en brazos a la preciosa Lucía. Espero que lo disfrutéis, y que su lectura os ayude a dejar de lado miedos e inseguridades y a disfrutar de vuestro embarazo desde el primer momento. 
Muchísimas gracias Mari Carmen, por confiar en Centre Lluna y por compartir con nosotras un pedacito tan importante de tu vida. 

EL NACIMIENTO DE LUCIA


Después de un embarazo en el que solo puedo recordar buenos momentos llegó el día del nacimiento de Lucía, de una forma inesperada ya que se adelantó 6 días.

Empezó con un pinchazo a las 2:30, era el aviso de unas ondas uterinas (contracciones) fuertes y muy seguidas. Caminé por casa, hice los ochos y utilicé la pelota de pilates para hacer movimientos que me enseñó Consu pero las contracciones cada vez eran más seguidas e intensas y a las 2 horas fuimos para el hospital.

¡Al llegar allí mi sorpresa fue que ya estaba dilatada de 7cm! enseguida me pusieron la epidural y acabé de dilatar completamente. Aunque todo parecía que iba a ir muy rápido se frenó intentando que Lucía colocara mejor su cabecita, al final no pudo ser y tuvieron que utilizar fórceps, dos empujones en el paritorio y ya noté como se movía encima de mí. En ese momento no podía para de llorar de felicidad y de saber que las dos lo habíamos conseguido. Eran las 11:22 horas, pesaba 2,900kg y medía 48cm.

Puedo decir que siempre había temido este día por el desconocimiento, el dolor, si podía salir algo mal…, las clases con Consu me ayudaron a no pensar en ello y esperar este momento con más tranquilidad. Cuando llegó el día puedo asegurar que no sentí miedo en ningún momento sino fuerza e ilusión. 



¡Gracias!

domingo, 23 de julio de 2017

EL NACIMIENTO DE ARIADNA

Una vez más comparto con vosotras este maravilloso relato de una Mami Luna.
La mamá se llama Begoña y su preciosa hija Ariadna.
Preparadas para una experiencia intensa, reconfortante y salvaje?
Muchisimas gracias Begoña por tu generosidad y tu sabiduría!!!
Aquí os dejo su relato espero que lo disfrutéis!!!


¡Hola a todas las mamás y futuras mamás Luna!

Me gustaría compartir con vosotras mi segunda cita a ciegas con mi segundo gran amor de mi vida :
No quiero extenderme mucho pero no quiero dejarme ningún detalle importante en el tintero porque esta experiencia ha sido la más bonita y salvaje que jamás había experimentado antes.

Antes de empezar, me gustaría deciros que desde que me enteré que estaba embarazada, jamás sentí miedo al parto, todo lo contrario. Lo trataba con respeto y lo consideraba como el último paso a dar para poder reunirme con ella, con mi segunda hija.
Me remitía a él como ese proceso natural que por fin nos iba a reunir y considero que el miedo al parto, no es nada bueno y nos puede jugar una mala pasada.

Ahora si.... mi parto fue inducido por haber sido diagnosticado un CIR en mi bebé de grado 1.
Dejando los términos médicos a un lado, lo que mi hija tenía era un crecimiento intrauterino retardado y estaba con un peso muy bajito respecto a su edad gestacional debido a un mal funcionamiento del cordón umbilical.
Por ello, los prpfesionales decidieron aguantar como mucho hasta la semana 37 de gestación.
Así se hizo, el viernes 30/06/2017, ingresé para empezar con el proceso de prepeparación mediante la administración de prostanglandina vía vaginal. Esto prepararía el cuello del útero y lo dejaría favorable para que se borrara con más facilidad.
Ese mismo día estuve con controles en monitores cada 3-4 horas y con contracciones flojas hasta las 4:00 de la mañana que ya pararon y me dieron tregua para poder descansar un par de horitas.
Al día siguiente, sábado 01/07/2017 me administraron la oxitocina a las 9:00 de la mañana y me conectaron al monitor hasta que llegó el expulsivo.
Hasta las 11:30 de la mañana no notaba nada diferente, me movía todo lo qur los cables podían permitirme, me sentaba a la pelota, practicaba algunos movimientos de danza del vientre y me acariciaba la barriga mientras le hablaba diciéndole que moría de ganas por verla y poder abrazarla.

Como parecía estar estancado el proceso, la matrona me planteó el romper un poco la bolsa para que la cabecita descendiera un poco más y asi se desencadenara el parto y yo acepté.
Sobre las 11:45 de3 la mañana me hizo un tacto, seguía de tan sólo 1,5cm de dilatación y procedió a romper un poco la bolsa. Recuerdo como si fuese ese mismo día que en ese mismo instante, mientras me incorporaba para bajar de la pelota, vino mi primer onda uterina llena de amor y de dolor.... ya no eran como antes, el parto había empezadao, mi corazon se aceleraba y las emociones invadían la sala de dilatación.
Nada más sentarme en la pelota tuve ondas uterinas bastante dolorosas y molestas, me centré en la respiración y en los movimientos que mi cuerpo estaba haciendo mientras mi marido me acompañaba y me frotaba la espalda baja para aliviar el dolor... (las manos le ardían de tanto frotar jaja)
En cesar esas ondas uterinas con tregua para poder recuperarme entre una y otra, llegaron tres que me hiceron perder la fuerza, el equilibrio, la fortaleza como mamífera y como mujer.
No podía respirar entre una y otra y empece a flaquear y a llorar.
En ese mismi instante, no me sentía capaz, debo confesarlo.
La matrona me sugirió hacerme un tacto para ver como iba, estaba de 5cm y pensé que mi cuerpo no aguantaría 5cm más con ese dolor tan intenso.
Pedí la epidural, sentía que otra onda uterina más y perdería el conociento porque notaba que mi cuerpo estaba en otra dimensión.
La matrona salio para prepararlo todo y vino otra onda uterina que lo arrasó todo y me lleno de fuerza y vitalidad de nuevo... durante esos minutos sentía que me iba a partir en dos, sentía a mi hija descender cada vez más hasta que de repente le dije a mi marido gritando:
  • ¡Ari ya está aquí, necesito empujar, su cabecita ya quiere asomar!
Mi marido me miró y me dijo:
  • Intenta relajarte, quizás sea solo una sensación, hace 5 minutos estabas de 5cm sólo....

Evidentemente lo que yo sentía era que necesitaba empujar porque su cabecita ya estaba asomando, así que corriendo salió mi marido para llamar a la matrona, yo me tiré encima de la cama para ir empujando y cuando la matrona entró y nos dijo:
  • Venga Begoña, Ari ya está aquí, estás en dilatación completa y la cabecita asoíma. La epidural ya no hace falta.

Entonces mi cuerpo se relajo, la sentía ahí, sabía que era cuestión de minutos y la felicidad y las ganas por olerla y abrazarla hizo que mi cuerpo trabajara tal y como estaba diseñado.
Con un empujón salió su cabecita, tuve que parar porque venía con una vuelta de cordón en el cuello y todo liado por su cuerpecito.
Una vez retiró el cordón volví a empujar, salió un poco más y empezó a llorar estando medio cuerpo fuera de mi y la otra mitad dentro y con el último empujón, Ari vino al mundo.
Tan sólo tuve un desgarro pequeño y me dieron 3 puntos de sutura.
Jamás olvidaré ese momento, esa experiencia de sentirte sobre mí mientras todavía nos unía el cordón umbilical que nos había mantenido unidas durante casi 9 meses y tu que papá pudo cortar.

La primera contracción empezó a las 11:45h y nació a las 12:45h.
Cortito pero muy intenso, reconfortante y salvaje.
Ari nació y con ella yo renací.
Gracias por haberme elegido como mamá.

En este relato no puedo olvidarme de todo el personal sanitario que me atendió y de la matrona maravillosa que hizo que todo fuera tan fácil respetándome desde el minuto 0.
Y a tí que te convertiste en papá por segunda vez en el día de tu cumpleaños, gracias por ese saber estar, esa paciencia y tranquilidad que transmitías en todo momento. Sin más, gracias por dejarme ser yo una vez más.


viernes, 28 de abril de 2017

VAIVÉN DE SENSACIONES. EL NACIMIENTO DE GONZALO

Queridas amigas:

De nuevo quiero compartir con vosotras el relato del nacimiento del bebé de otra Mami Luna: Lorena y su bebé Gonzalo. 
Aún recuerdo el día que apareció por el Centro, y las primeras clases que compartimos. En pocas semanas hubo un gran cambio en ella, y supe que el trabajo estaba hecho. Que la semilla del "empoderamiento" estaba sembrada. Qué trabajo tan hermoso el mio!!! Ver como van creciendo y floreciendo las "mamis". Sentir como van superando los miedos y se van abandonando a la experiencia de la maternidad. Aquí os dejo su relato. 
Espero que lo disfrutéis tanto como yo. Gracias Lorena por permitir que todas podamos disfrutar de una parte tan importante de tu vida, como el momento del nacimiento de tu hijo Gonzalo.
Gracias. Gracias. Gracias!!!

VAIVÉN DE SENSACIONES. EL NACIMIENTO DE GONZALO

Son tantas las sensaciones que se viven durante el embarazo y el momento del parto que me gustaría contaros cómo fue mi tan esperado momento. Cuando iba tachando en el calendario las semanas y los pocos días que faltaban para poder ver la carita al que iba a formar parte de nuestras vidas: Gonzalo.


Una de las cosas que he aprendido es que no se puede planificar nada, y la manera en la que llegó el bebé quizá sea una de las que menos me imaginaba. Intentaba visualizarme en casa, con las famosas contracciones que yo intentaba adivinar en qué podían consistir y si las iba a aguantar. Y es que cumplí 40 semanas y dos días y a Gonzalo no le apetecía salir. La ginecóloga me dijo que había que programar el parto ya que la placenta estaba en grado 4 y él pesaba 3,600 y ya estaba preparado para salir.

Así que el 7 de Marzo ingresé en el Hospital, me venían tantos pensamientos… miedo, alegría, emoción.., pero en el fondo os he de decir que nunca me he sentido tan segura de que me iba a salir todo muy bien, y es que mi actitud, gracias al trabajo realizado antes con ayuda de las clases y de nuestra maestra, (gracias Consu), me llevó en todo momento a tener pensamientos positivos y de aguantar el dolor que iba haciéndose cada vez más intenso. 

La oxitocina que me pusieron hizo que fuera todo más rápido. Mi mente y mi cuerpo se fueron relajando, y los 3 cm que dilaté sin anestesia (que para mi fue lo más largo) se convirtieron, ya con la ayuda de la epidural, en 6 y 10 cm de dilatación en menos de 2 horas.
En total 8 horas de parto desde que ingresé. 

Puse en práctica ejercicios de respiración y de movimiento de mi cadera con los “ochos” que aprendimos en clase. He de confesar que sin pensarlo, ya que me salieron de manera automática. Sólo quería ayudar a mi cuerpo a que se relajase al 100%.

Tuve un gran apoyo por parte de mi marido, me dio fuerza para concentrarme en todo momento en ese día que auguraba ser el más largo y cansado que había experimentado en mi vida.

Fue cuando la matrona me dijo que estaba dilatada de 10cm y que nos íbamos a quirófano que sentí un gran alivio y a la vez nerviosismo., y es que me quedaba la parte final, el momento del expulsivo, Sabía que iba a ir rápido, y así fue. En 40 minutos y empujando como me decían, a las 20.00 horas Gonzalo nació, gracias también, a la ayuda de todo el personal sanitario. Es curioso cómo te transmite el personal de todo el equipo (que no son pocos) fuerza, ilusión y mucha alegría. 

Si me preguntáis qué fue lo que sentí cuando me pusieron al bebé encima mío os diré qué: emoción, serenidad, felicidad... estaba radiante, no paraba de sonreír!!! Luego lo pude comprobar en las fotos que Rubén iba haciendo. Y además qué calentito estaba Gonzalo, mi bebé. Qué sensación tan maravillosa!!! Cierro los ojos y aún puedo sentirlo.

Ahora ya lo tengo entre mis brazos. Cómo se les le puede querer tanto?
Ahora comienza otra maravillosa etapa: ser mamá!

domingo, 9 de abril de 2017

EL NACIMIENTO DE JULIA CONTADO POR MARINA

Y seguimos con más relatos de nacimientos de Bebés Luna.
En esta ocasión es Marina, quien nos cuenta el nacimiento de Julia. Tengo que decir que conozco a Marina hace ya algunos años, ya que es alumna habitual en mis clases de Pilates Consciente. He podido seguir todo el proceso de su embarazo desde el principio, y poco a poco he visto una mujer que ha ido cambiando el miedo y la incertidumbre por el empoderamiento y la confianza, incluso animando y quitando miedos a las otras mamis del grupo. 
Gracias Marina por confiar en ti, en tu cuerpo y en tu bebé.
Aquí queda su relato y su mensaje para las futuras mamis. Aquí queda también el legado de nuestras ancestras: TU CUERPO SABE PARIR Y TU BEBÉ SABE NACER


"... Pasadas las 40 semanas de embarazo...y tras un embarazo del que casi no me di ni cuenta...llego el día...El gran día. He de reconocer que estaba asustada...tenia miedo...¿Qué sentiré?¿Cómo lo haré? ¿Sabré estar a la altura? ¿Me dolerá?

Pues bien...llegue al Hospital de la Plana a las 21,30. Asustada, con la sensación de que no podía estar de parto ya que no me dolía nada. Pero siiiiiiiiiiiiiii!!! Había roto el saco amniótico y me ingresaron. Cerca de las 01,15 entraba en la sala de partos a revisar si la dilatación iba como tocaba, mas asustada aún ya que seguía sin apenas dolor.

Había empezado a dilatar y con la duda de si ponerme o no anestesia epidural (cosa que al final no hice) decidí aguantar hasta sentir dolor... y mi sorpresa fue cuando a las 3,15 de la madrugada estaba tan dilatada que empecé a empujar...JULIA ESTABA EN CAMINO!!!!! Quería nacer yaaaaaa!!! y yo debía sacar todas mis fuerzas para ayudarla...las olas uterinas (contracciones) iban y venían cada vez mas intensas....y cuando ya pensaba que no podría ayudarla...salió su cabecita!!!

A las 06,15 nacia ella...su olor...su calor....su mirada....nada mas me importaba...la tenia ya entre mis brazos...y me miraba, y yo me había enamorado de ella ...en una cita a ciegas...con el amor de mi vida....

Hubo dolor, No voy a negarlo, pero casi 20 días después...volvería a hacerlo de la misma manera. 
Mi bebe sabia nacer...y yo sabia parir....

Y este es el relato del nacimiento de Julia. 
Gracias por publicarlo... y por esos consejitos que tan bien me fueron..."
Marina.

jueves, 6 de abril de 2017

EL NACIMIENTO DE LUCAS CONTADO POR TANIA

UNA EXPERIENCIA SALVAJE, INTENSA Y MAMIFERA

Hola amigas!!! Tania nos envía el relato del nacimiento de su hermoso bebé Lucas. Estos relatos son un regalo para todas las mujeres que han sido o van a ser mamis, pues comparten esos momentos tan íntimos, poderosos, intensos, a veces complicados, pero siempre mágicos que envuelven la llegada a la vida de los bebés.
Sin más preámbulo os dejo con su historia. Podéis ver a Lucas en la foto. A qué es precioso?
Gracias Tania por compartir esta parte tan importante de tu vida con nosotras.

"Probablemente no fue un parto común, supongo que no es habitual estar 11 horas intentando ayudar a ese ser que tanto imaginaste y que lo tuviste más de 10 meses dentro de mí a que comience a vivir separado de ti.
Fue duro, no lo niego, aveces la puerta de la vida solo esta entreabierta y ese ser que vive dentro de ti no siente la señal del inicio del viaje.



Al principio las contracciones eran tan ligeras que apenas las sentía, pero a medida que transcurrían los minutos esperando para que esa famosa puerta dilatara, la intensidad se manifestaba. Esas olas venían con fuerza y la respiración y concentración fueron vitales para concentrarme en pensar en otra cosa que no fuera el intenso dolor, pues hay que ser realista doler duele, pero ese lado mamífero que tenemos dentro y que normalmente no sabemos que está dentro de ti sale a relucir y te da esa fuerza para seguir empujando para que la cabeza de esa nueva vida este en la distancia adecuada para que te puedan ayudar a guiarle.

Tres horas de esfuerzo , con un cambio de turno que hizo que la matrona que inicialmente nos atendía terminara su jornada y viniera una nueva, que tras un saludo inicial y una agradable presentación empatizó con ambos desde el principio. Marina, nunca olvidare tu nombre ni tu manera de ayudarnos tras tres horas de esfuerzo con el aliento de mi pareja que me abanicaba, animaba y me daba la mano mirándome con mirada cómplice entendiendo con empatía lo bien que lo estás haciendo a pesar de que pasen las horas sin muchos avances ni novedades solo se reflejaba el esfuerzo y el cansancio de estar dándolo todo y ver la meta tan lejos con esa idea planeando por tu cabeza, no puedo más recuerdo que repetía en ocasiones, hasta que algo en mi hizo clic, en ese momento te dice la matrona que tras 8 horas de esfuerzo y con la posibilidad real de la cesárea a la vista algo avanza y es el momento de abandonar esa pequeña habitación y desplazarnos a la sala de partos vulgarmente conocido como quirófano, para que un ejército de profesionales compuesto por ginecólogos, enfermeras, la matrona y la supervisora que se arremangaron todos a una con un objetivo común dar vida evitando el bisturí.

Esta si que ya era la recta final de esa larga maratón y la fuerza de la reserva de energía que todas tenemos se encendía pero a pesar de saber que me podía quedar sin gasolina comenzó el viaje hacia la vida. Mirando hacia el cielo con un antebrazo tras otro encima de mi vientre para ayudarme a darlo todo y seguir empujando, con la energía extra de ver a mi pareja con un chute de adrenalina al ver como asomaban esos pelos de mi bebe Lucas que ya asomaban por la puerta y te transmite esa energía solo con ver su cara al pedirte que sigas luchando que esto se terminaba y ese sueño que durante años fuimos construyendo en nuestra mente de formar una familia se iba a cumplir y a pesar de estar sin apenas poderte mover tras el esfuerzo lo das todo sin pensar en nada más.

Empezaba la vida, sale la cabecita de Lucas, de mi príncipe y comienza a generarse una atmósfera increíble en la sala en una fusión mágica de profesionales allí presentes, mi pareja, yo misma y mi bebe, éramos los protagonistas cuando empezaba a salir de mi vientre mi vida, una nueva vida que hace que la tuya vuelva a cobrar más sentido, por fin se termina mi esfuerzo y me ponen a mi príncipe encima con una descripción indescriptible de amor eterno.

El papi lo ve todo y corta el cordón, se emociona por la situación tan mágica al ver a su sueño encima mía y lo que parecía a ser un momento idílico por un momento se vuelve a complicar cuando mi útero después de tanto tiempo dilatado no se contraía ni volvía a su posición normal y de nuevo esos profesionales corriendo para intentar solucionar la situación cuando ya prácticamente estaban abandonando la sala.
Al final todo volvió a su sitio y tras los puntos ocasionados por la salida de algo tan grande y no solo por su tamaño todo volvía a fluir, de nuevo se respiraba tranquilidad y sobretodo se respiraba vida.


LUCAS DELGADO GIL 24-03-2017

domingo, 30 de noviembre de 2014

ALBERT Y ERIC. MIS MELLIZOS Y YO

Hola amigas!!!
Me gustaría compartir con vosotras el relato de Rebeca en el que nos cuenta el nacimiento de sus bebés Albert y Eric.
Rebeca tuvo a sus bebés con una cesárea que se le practicó de urgencia, al final todo salió bien, pero quizá lo que más llama la atención de este relato es la pasmosa tranquilidad con que la mami se lo tomó todo y que al final nos cuente también que se quedó con ganas de practicar muchas de las cosas que hacemos en clase. Bueno Rebeca pues para el próximo!!!
Os dejo con este trepidante relato, y esta preciosa foto de los bebitos con las manos entrelazadas.
Gracias Rebeca por tu generosidad al compartir tu experiencia con nosotras y por tus palabras de cariño.
Espero que lo disfrutéis.


                                              ALBERT Y ERIC. MIS MELLIZOS Y YO

Mi embarazo, al ser gemelar, era considerado de riesgo. Yo estuve bien durante todos los meses que duró. Las clases en Centre Lluna, y el contacto y apoyo de las  otras mamis,
me sirvieron para vivir todo el proceso de manera muy relajada y no tener miedo al parto. 
Los peques, aunque no llegaban al peso considerado "normal" estaban sanos que era lo que verdaderamente nos importaba.

El viernes 11 de julio, cuando me levanté observe un flujo espeso y marrón, y sí, me asusté un poco, ya que solo estaba de 34 semanas y un día, y los peques pesaban poco. Comparando el flujo con unas imágenes que busqué en Internet, me dí cuenta que faltaba poco para que expulsara el tapón mucoso, así que me fui a la matrona. Me exploró, pero como pasa siempre que vas al medico, cuando me miró no manché nada. Me dijo que estuviera tranquila y me quedara en reposo, no en cama, pero mas relajada. Seguía manchando pero como yo me encontraba muy bien, por la noche me fui con mi marido y mi suegro a cenar marisco.

A las 23:30 h llegamos a casa y para mi sorpresa, al ir al baño vi que ahora sí, había expulsado el tapón (se parecía a las fotos de Internet que había visto) pero como me encontraba bien y pueden pasar días desde la expulsión hasta el parto, nos fuimos a dormir.

Pero claro, cualquiera se duerme, en esas situación!!! A la 01:00 note un pinchazito de tipo dolor de regla, me levante para ir al baño, cuando acabé, tuve que volver al baño corriendo porque me hacia pipi, pero no, porque aquélo ya no lo podía parar, si había roto aguas!!! Llamé a Alberto (mi marido) que dormia y le dije: Al hospital!!! Asi que nos fuimos al Hospital de La Plana,  aunque estábamos avisados que si el parto se presenta antes de las 35 semanas, siempre hay que ir al Hospital General de Castellon, pero como somos novatos...( es lo que decía Alberto).

De camino al Hospital yo sentía las contracciones que para mi seguían siendo comparables al típico dolor de mis reglas. A la 1:15 h llegábamos. Fui a correas para ver que los niños estuvieran bien, me hicieron una eco y me mandaron en ambulancia al Hospital General de Castellón. 
Qué divertido pensé. Yo estaba super tranquila y habladora.

En la ambulancia me cronometraron las contracciones. Las tenia cada 2 minutos y 15 segundos. Yo flipaba, de lo rápido que iba todo. Cada vez que me venia una contracción (para mi era como un dolor de regla en el vientre) me callaba, cerraba los ojos cogía aire y lo expulsaba por la boca y me relajaba, tal como lo habíamos practicado en clase. Para que veáis que todo era muy relajado, yo estaba charlando tranquilamente con el señor que me acompañaba en la ambulancia, al final resulta que era vecino de calle!!! Me decía que lo hacia muy bien, que otras gritan, rompen cosas... así que yo super pagada de lo bien que lo hacia. Cuando venía otra ula uterina (contracción) me callaba, cerraba ojos y respiraba profundamente.

A las 2:25 h llegaba al General, y me llevaron a explorarme, (al pobre Alberto lo dejaron en la sala de espera), me examinaron y me llevaron a correas. Yo les decía a las enfermeras y médicos, que iba a ser cesárea porque Albert iba de nalgas, .... mientras yo con mis olas uterinas, cada vez un poco mas dolorosas, me acuerdo que pregunte a una de las chicas que me examinaron si había dilatado y me dijo que no, y también les pedí algún medicamento para parar las contracciones, porque para que las tenia que sufrir si iba acabar en cesárea... no se cuanto tiempo pasó, pero al rato vino una ginecóloga y me dijo: Rebeca vamos hacerte una cesárea. A qué hora has cenado?
Fuimos al box con la ginecóloga y allí me entraron muchas ganas de ir al baño. Al sentarme en el wc, noté un dolor mas fuerte. La ginecóloga me esperaba al lado de la cama, y me dijo que me iba a explorar. Me tumbe en la cama y en cuanto me explora se pone a gritar: "Enfermeras, Anestesista, Quirófano !!!!  También gritando, y me dice: "Rebeca en la siguiente contracción no empujes", entraron muchas personas corriendo como locos, desnudándome, quitándome los pendientes, sondandome... y yo tan tranquila... ayudándolas a desvestirme, a quitarme los pendientes... la anestesista me dijo que me pondrían la epidural y yo le comenté que tenia un tatuaje; la ginecóloga le dijo que no había tiempo, así que me tendrían que dormir entera, (no podría verlos nacer), pero no me desanimé ni nada, yo seguía relajada y hablando. 
A mi alrededor todo era un caos , todos corriendo, dándome golpes con la camilla por los pasillos....

En el quirofano sólo decía: ¿qué hora es? Decidle Alberto que estoy aquí, y que se acordaran que el primer bebé que naciera era Albert y el segundo Eric. Alberto se había quedado en la sala, había pasado muy poco tiempo y no sabía todavía que los niños iban a nacer ya. Durante el embarazo todo el mundo me decía que como yo no podría saber qué bebé nacería antes les cambiarían el nombre (para que os imaginéis mi obsesión diciendo que el primero era Albert y el segundo Eric) Qué locura!!!

Estando en el quirofano desnuda, de repente note un dolor mas fuerte y que los niños "bajaban" Mi reacción fue sujetarme la barriga para que no bajasen. Ya me habían puesto el líquido desinfectanteen la zona del abdomen así que me manche toda la mano y me gritaron: "Rebeca te ataremos" y yo les dije: "no!!! están bajando", al momento me pusieron el oxigeno y me dijeron "notaras un liquido que te entra por la vena y te dormirás" y así fue.

Cuando desperté (parecía que habían pasado segundos) seguía en el quirofano. En cuanto desperté pregunte cuanto habian pesado, porque según el peso van a la Uci de Neonatos o a Neonatos. Nadie lo sabia, pero todos me decían que estaban muy bien y sanos, y ahí si que pensé: Muy bien!!! Me dijeron que eran muy fuertes. Por el pasillo iba adormecida y vi a Alberto y le saludé. Pobrecito que cara tenía de susto y preocupación!!!

Albert nacio a las 3:31 h con 1.420 kg y Eric a las 3:32 h con 1.580 kg del dia 12 de julio (de la madrugada del viernes al sábado) la noche con la luna llena o mejor dicho de la superluna que hubo este verano.
Como Albert estaba tan bien, respiraban solo, y las constantes eran normales, no lo quisieron llevar a la Uci y así nos separarlos.

Al llegar a la habitación ahí estaba Alberto, preocupado por mi y emocionado al verlos. Sólo pudo contemplarlos unos segundos, ya que se los llevavan hacia neonatos para ponerlos en la incubadora. Yo no pude verlos hasta el domingo a las 21 h (42 horas después)

Aunque tenia ganas de verlos, era consciente de que no me podía mover. 17 horas después de la cesárea me incorporaron y al levantarme expulse mucha sangre, me mareé y el domingo me tuvieron que hacer una transfusión. Ese chute de sangre me vino bien porque por la tarde ya estaba mucho mejor y tuve fuerzas para ir a neonatos y ver a mis campeones.
Eran tan pequeñitos, bonitos y perfectos, que los miraba y lloraba de felicidad!!!

Quiero deciros también que aunque a veces las cosas no acaban como nosotras imaginamos, siempre que estemos informadas, seamos respetadas, y todo lo se haga sea para el bien de la mamá y el bebé, hay que dejarse llevar....

Me dio pena no acabar el embarazo, también no hacer más cosas de las que practicamos en clase y sobre todo... no verles nacer.

Lástima que ninguno de los dos estuviera bien colocado, porque fue todo tan rápido... Era un parto express, ya que dilaté totalmente en menos de una hora (de ahí los gritos de la ginecóloga. Estaba totalmente dilatada, Albert ya salia y iba de nalgas, por eso la urgencia de la cesárea. 

Otra cosa que me pasó es que el martes me dieron el alta, y el miércoles (un día después) volví a ingresar tenia fiebre y un hematoma interno muy grande que se me había formado por la cesárea de urgencia. Como siempre hay que ver el lado bueno de las cosas, estar 12 días ingresada me fue muy bien porque estaba tan sólo a unos metros de mis príncipes que estuvieron 17 días ingresados, hasta coger los 2 kg de peso.

Yo necesité bastante sangre para mi recuperación, y desde aquí me gustaría animaros a que os hagáis donantes de sangre (yo lo soy desde los 18 años).

También quiero dar mucho ánimo a todas las mamás que tienen a sus bebes en Neonatos o en la UCI. Nuestros peques son muy fuertes y el equipo de pediatras, médicos, enfermeras...son maravillosos profesionales.

domingo, 2 de noviembre de 2014

EL NACIMIENTO DE ABRAHAM

Bueno y aquí os dejo otro relato también muy especial. La mamá, Elena, quería tener a su pequeñín en casa. Lo había estado preparando todo durante meses. Su fortaleza, confianza, serenidad, alegría y determinación no dejaban lugar a ninguna duda. En clase animaba a las demás Mamis a vivir su embarazo y parto sin miedo. Ella había escogido parir en casa. Su hijo no nacería en un Hospital, y ella sabría lo que hacer en cada momento para que todo saliera bien. Y así fue, al final TODO SALIÓ BIEN, aunque la vida le tenía preparada una dura prueba...
Como ya le dije a Elena en su momento, no hay partos de primera ni partos de segunda en función de la manera de parir. Ella fue super valiente en todo el proceso, luchó por lo que quería mientras tuvo fuerzas, y al final escogió lo que pensó sería mejor para su bebé. 
Te doy infinitas gracias Elena por permitirme compartir tus sentimientos más íntimos en este Blog y te aseguro que, aunque las cosas no salieran como lo habías planeado, sigues siendo un ejemplo de fortaleza y determinación para todas nosotras.



Abraham nació el domingo 21 de septiembre. Pero nada salió como yo había visualizado tantas veces, el universo me tenía preparada otra experiencia, algo durilla... pero por algo será!

Empezamos en casa, con las matronas de Valencia, yo ya llevaba desde el viernes 19 con contracciones, sin dormir. Y ya el sábado por la tarde me pareció buen momento para que vinieran a apoyarme.
Mucha inquietud, movimiento, música, baños calientes y las contracciones in crescendo.  Por la noche la piscinita de partos y yo ya berreando como una jabata. Je je, de madrugada, pensaba en los vecinos, qué debían imaginarse los pobres....

Pero sobre las 5 de la mañana sentí que no podía más, que la cosa no progresaba. Intentaba visualizar a Abraham descendiendo y no lo conseguía. Y ya no soportaba más dolor. Pedí que me llevaran al hospital -yo, la "anti-hospitales"- y todos me decían que aguantara, que lo hacía muy bien. Ximo, mi pareja me decía, "venga 2 horitas más y si no sale, nos vamos". Y aún las aguanté, pero yo sentía que el nene no iba a poder salir...

Así que nos fuimos al general -porque está más cerca y tienen siempre epidural- Allí aún estuve 10 horas más en dilatación, aunque estaba muy dilatada, pero detectaron con las correas que con cada contracción al bebé le bajaban las pulsaciones.

Bueno, le hicieron pruebas horribles como la del ph. Yo me negaba a muchas cosas y por eso creo que me cogieron bastante manía, je je, pero me daba igual...estaba como poseída.

Al final vino un tipet que me presionó el vientre con el antebrazo de una manera que no me gustó nada y le dije: "oye, Kristeller ni hablar, eh?" y él, ofendidísimo dijo: "pues a cesárea" y en seguida se pusieron en marcha. Yo sentí miedo, pero prefería eso que me lo sacaran con ventosas y empujones.

Así que, al final, cesárea. Y cuando el nene salió, a las 16:44, una de las enfermeras dijo:"qué cordón más corto!" Con lo que el misterio quedó resuelto, por eso no podía salir de forma natural...

En fin, que muy largo y doloroso. Además en dos partes, una la antítesis de la otra.

He tardado bastante en comprender cómo pasó todo, entre el cuelgue del parto, el cansancio y al final la anestesia, ha sido muy surrealista.

Pero ya tengo a Abraham en mis brazos, es precioso y muy mamón -por lo menos la lactancia materna sí que ha funcionado- y yo me voy recuperando cada día un poquito más.

Pues nada guapa, ya no sé si iré a relataros un día esta odisea porque igual asusto a las mamis luna. Yo quería contaros otra peli, pero así es la vida!

Muchos besitos
Gracias por todo
Elena